martes, 22 de noviembre de 2011

Josefina Licitra



Pasado
Tu primer texto
Género

Crónica de viaje
Año
1989 aprox

Procedimiento creativo/Contexto
Cuando terminé la primaria, mi abuela me llevó a las Cataratas junto a mi bisabuela. Era un premio por el fin de ciclo, dijo. Describí todo ese viaje con malicia. Era lo único que podía hacer.

¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Lo leyó mi familia. Les gustó a todos menos a mi papá y a su madre, mi abuela. A mi bisabuela no se lo quisieron dar.

¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?Lo perdí.

Fragmento:
No tengo. Pero recuerdo escenas. Una de ellas es la de mi abuela y mi bisabuela arriba de una lancha que repentinamente toma gran velocidad. Las dos se agarran de una cuerda. Mi abuela dice: “a la mierda” y se le vuelan los pelos.


Presente

Género

Me estoy reponiendo del libro que entregué hace cinco meses. Mi presente es degenerado.

Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
De todos los cambios posibles (puede haber varios) hay sólo dos que registro con facilidad: le doy mucha importancia –más que antes- a la estructura de un texto. El esqueleto pesa tanto como el trabajo sobre el estilo. Y, en segundo lugar, noto que cada vez estoy más austera con el uso del lenguaje. Trato de que sólo queden en el texto las palabras que no sobran. No siempre me sale, pero me hace bien conocer mi norte.

Cuál es tu punto de partida
Depende. Cuando se trata de no ficción, el punto de partida a veces lo da una nota intrascendente en el diario. Luego uno va trabajando sobre una historia que de algún modo –y más allá de la intervención subjetiva- ya está dada por –subrayo las comillas- “la realidad”. En cambio en la literatura de ficción el proceso puede llegar a ser, en este punto, un poco más libre. En el libro que ahora tengo en mente –y que aún no empecé a trabajar, aunque sé que es ficción- el punto de partida es una escena que se me hace muy nítida. Supongo que el trabajo consistirá en tratar de despejar cómo se llega a esa escena -con qué personajes y con qué acciones- y cómo se sale de ella.

¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No lo sé. Sólo me entero de la existencia de los fieles. Los demás creo que se van en silencio, gracias a dios.

Qué sabés de tu propia literatura.
Que es yo.

Qué perdiste/Qué ganaste.
Perdí la mirada romántica sobre la producción literaria. / Gané una mirada más sólida sobre la producción literaria. Una mirada sustentada, básicamente, en la obligación de poner el culo en la silla y escribir.

Fragmento:Un tramo de un relato corto que estoy por entregar a la revista El Gourmet.

“Este día me dedicaré a comer: eso me digo. Este día me dedicaré a comer moras.
Ahora no las tomo de a una, sino de a racimos. Son frágiles. Las destrozo sin fuerzas contra el paladar. Soy poderosa. Mis manos están violetas y me gustan así. No sé cómo estará mi cara. ¡Mi cara! Alguien puede verme. Miro alrededor. Aquí sólo se ven plantas y palomas, pero igual decido irme. En unos minutos debo almorzar con mis amigos. Tengo que parecer normal. Entro al cuarto, me miro en el espejo. Luzco como un animal de caza. Manchas terribles alrededor de mi boca. Me lavo el rostro, las manos; el agua se va morada por las cañerías. Vuelvo a mirarme, sonrío. Ensayo: “¿Qué tal? ¿Cómo la están pasando?”. Luego bajo.
La mesa del almuerzo está tendida en el parque. Hay un mantel blanco, cinco copas y cuatro ancianos bien conservados hablando –ahora- de los viajes que hicieron con el sistema de millas de la tarjeta de crédito.
—¿Qué tal? ¿Cómo la están pasando? –digo mientras me siento. Pero antes de cualquier respuesta sopla un viento suave y una mora revienta contra mi plato limpio.
—Qué divertido, moras –dice una de mis amigas. Todos la llaman Queeny. Es bastante simpática. No puedo evitar imaginar el resto: un viento que empuja con ganas y cientos de frutos que rompen violentamente sobre nosotros. Algo parecido a Los Pájaros de Hitchcock pero en colores. En colores fuertes. Eso imagino. Luego tomo el fruto de mi plato y lo sostengo con delicadeza. Caramba, no limpié mis uñas; bajo las uñas todo está rojo pero ya no importa. La mora tiene una belleza cruda. Pequeños nódulos se agolpan hasta formar un cuerpo perfecto, casi humano.
—Deberías probarla, Queeny –le digo. Luego me la meto en la boca, la deshago en menos de un segundo.”



Futuro

Proyectos

Creo que voy hacia una novela. Pero es temprano para dar una respuesta seria.

Cómo te gustaría ser reseñado/a
Sin malicia.

Quién te leerá
No sé. A veces pienso que sólo escribo para mi hijo. Para el adulto que mi hijo será algún día. Él encarna la única idea de futuro que logro imaginar.

Qué podemos esperar de vos
Neurosis creativa y parcialmente domesticada.

Cómo te gustaría que te recuerden
Como el alma de una fiesta que no se hizo nunca.

Tu última frase:
Me quería quedar.




Josefina Licitra nació en Argentina en 1975. En La Plata. Es periodista y escritora. Acaba de publicar el libro Los Otros. Una historia del conurbano bonaerense (Debate) y en 2007 publicó Los Imprudentes. Historias de la adolescencia gay lésbica en Argentina (Tusquets). En 2004 ganó el premio a mejor texto periodístico otorgado por la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano presidida por Gabriel García Márquez. Sus crónicas fueron publicadas en diversas antologías nacionales e internacionales.

Imagen Arturo Aguiar

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