lunes, 28 de mayo de 2012

Valeria Tentoni



















Pasado

Tu primer texto
El más viejo que encontré en la casa de mi mamá se llama “¿Cómo? ¿cuándo? ¿por qué?”. Es una serie de tres cuentos cortos.

Género
Cuento.

Año
1993

Procedimiento creativo/Contexto
El texto está tipeado en la Olivetti de mi papá. Su oficina ocupaba el garage de casa y a la hora de la siesta me sentaba en su sillón y jugaba a escribir. Yo miraba a mi papá trabajar y quería hacer lo que él hacía. Apretar las teclas, estampar letras con fuerza, hacerle párrafos a las hojas. Quería el ruido de esa máquina y también quería hacer pilas de papeles escritos.
Casi todos los textos de esa época tienen dibujos hechos con crayón por mi hermano o por mí. Están llenos de faltas de ortografía y delirio. Mi mamá nos leía cuentos todas las noches: se sentaba en una sillita entre las dos camas y la escuchábamos hasta quedarnos dormidos.

¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Mis primeros lectores fueron mi mamá, mi papá y mi hermano, Nicolás. Él era una suerte de intérprete caprichoso que dibujaba, invariablemente, karatecas para ilustrar los cuentos. Así que mi hermano fue, ahora que lo pienso, mi primer gran compañero de escritura. Y todavía no sabía leer.

¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Está viejo, sí: el papel abandonó el blanco y está pasándose al amarillo. Mi mamá y su corazón enorme guardaron y fecharon todos esos cuentos. Ahora quisiera quedármelos yo.
Fragmento:
“Un día la mamá lo llevó al médico y él le dijo: su hijo tiene letritis aguda y la mamá preguntó: eso es grave doctor y el doctor dijo no pero tiene que enojarse con las letras para que se vaya”.


Presente

Género
Novela, relatos, poesía.

Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Perdí mucho de esa inocencia, creo. La idea llega, la escribo, y después tengo que luchar para no traicionarla con mi terror de mundo. La corrección pasó a ser una instancia más de la escritura, y me parece que las decisiones que tomo en esa etapa quizás sean las más determinantes con respecto al texto.

Cuál es tu punto de partida .
Me gusta estar entre lo que se está moviendo, mirarlo todo. Quisiera tener ocho ojos, como algunas arañas. Me sirve mucho escuchar. Las personas dicen y dicen y me dejan esas historias ahí, como se dejan las cartas ajenas sobre la mesa del comedor. Bueno, yo robo esas cartas y las leo para escribirlas. Por eso me interesa el periodismo; me da permiso para hacer preguntas. Es la coartada perfecta para una curiosa.

¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No tengo idea.

Qué sabés de tu propia literatura
Que es algo en proceso. Que todavía puede mejorar.

Qué perdiste/Qué ganaste
Gané y perdí confianza en mí. Perdí y gané confianza en mí.

Fragmento:
“Ni en la distancia, ni en la cercanía, ni, aún, en la excesiva cercanía, cuando parecen fantasmas domésticos, las palabras dejan de bailar antes de caer a tierra. Como papel picado.
Qué compleja es la estupidez que nos ampara”.


Futuro

Proyectos
Terminar de escribir la novela. Terminar de una vez alguna novela y no abandonarla en el camino.

Cómo te gustaría ser reseñado/a
Con preguntas que me llenen de preguntas.

Quién te leerá
¡¿Quién me leerá?! (se desespera)

Qué podemos esperar de vos Que insista.

Cómo te gustaría que te recuerden Como alguien que amó y amó.

Tu última frase:
Yo también.



Valeria Tentoni nació en Bahía Blanca en 1985. Se recibió de abogada pero trabaja como periodista. Publicó los poemarios Batalla sonora (Manual Ediciones, Rancagua, Chile, 2009), Ajuar (Primer Premio Concurso Editorial Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2011) y el libro de relatos El sistema del silencio (Editorial 17 Grises, Bahía Blanca, 2012). Edita la Audioteca de poesía contemporánea y co-dirije Revista Pájaro.


Imagen: André Kertész

lunes, 21 de mayo de 2012

Leonardo Oyola

















PASADO

Tu primer texto:
Yvonne Craig en la baticueva.

Género:
Cuento.

Año:
2003.

Procedimiento creativo/Contexto
Si bien venía intentando hacer algo desde la era de los jeans nevados y las camisas hawaianas creo que el primer ejercicio que hice en el taller del Maestro Laiseca fue el inicio de mi carrera como escritor. Ahí, viéndolo a la distancia y casi una década más tarde, entran muchas cosas que vuelven a aparecer una y otra vez en lo que hago: la tensión entre ficción y biografía apuntalada siempre en el género negro.

¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Sí, los compañeros del grupo y Lai. Gustó. Y a mi me gustó escribirlo. Y no hubo bardo en la familia. Por este no.

¿Se ha puesto viejo?/ ¿Lo has vuelto a corregir?/ ¿Lo quemaste?
Le falta edición. Seguro. Anda perdido en algún cd sin etiquetar. Alguno que hice de backup antes de que cagara fuego mi primera computadora.


PRESENTE

Género:
Novela, principalmente, y relatos (de forma muy pero muy esporádica)

Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Que ahora sé que hay que convivir mucho con él. Que hay que invertir bastante en el laburo. Y que también hay que saber ser intermitente y desconectar, no estar todo el tiempo enchufado a 220.

Cuál es tu punto de partida.

Aparecen. Generalmente aparecen solos. Cuando menos los esperás. Los personajes, la historia y las situaciones. Cuando en la cabeza los empiezo a ordenar todos juntos en una misma dirección, agarrate.

¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Siento que son cariñosos. Eso está bueno.

Qué sabés de tu propia literatura.
Que es lo que soy.

Qué perdiste/Qué ganaste.
Soy mejor persona mientras escribo. Gané mucho en todo este tiempo. Y si algo perdí, definitivamente, fue para bien.

Fragmento
La piba tenía unos faroles increíbles. Las luces altas de un camión que te viene de frente. Unos ojos verdes Stella Artois que emborrachaban. Y vieron como somos los tipos cuando nos ponemos en curda, ¿no? Primero nos pinta jugarla de honestos. Después se viene el guachito mimoso. El tiernito. Y a lo último siempre aparece el heavy metal. El pesado. Somos de manual. Y en esto, Pinino también. Que con un pedo como jamás le vi en la vida la encaró mal a la pendeja en actitud secuestrame del baile ya y en tu cama matame.



FUTURO

Proyectos
¿En lo inmediato? Quiero escribir una novela sobre la separación de una pareja en el medio de un ataque zombi. Va, zombis no son. Pero casi. Y después hacer un policial con exorcismo ambientado en el 87.

Cómo te gustaría ser reseñado.
Sin mala leche.

Quién te leerá.
Ojalá gente que la pase muy bien con mis historias.

Qué podemos esperar de vos
Que muera en esta.

Cómo te gustaría que te recuerden.
Me gustaría mucho que se acuerden de mis personajes. Y de mis libros. Que cuando me nombren digan “era el autor de…”

Tu última frase: ¡La puta madre! ¿Justo ahora?


Leonardo Oyola nació en 1973. Cuentos suyos han sido seleccionados en varias antologías y medios gráficos de nuestro país, Francia, México y España. Tiene publicadas las novelas SANTERIA y SACRIFICIO para la colección Negro Absoluto dirigida por Juan Sasturain, además de SIETE & EL TIGRE HARAPIENTO (tercera mención del Premio Clarín 2004), HACÉ QUE LA NOCHE VENGA, BOLONQUI, GÓLGOTA (traducida al francés) y CHAMAMÉ (Premio Hammett al mejor policial en la XXI Semana Negra de Gijón). Su último libro a la fecha es KRYPTONITA, elegido como el mejor del 2011.

jueves, 22 de marzo de 2012

Eduardo Varas























Pasado

Tu primer texto
Creo que se llamaba “El fotógrafo” y obviamente tenía que ver un fotógrafo.
Género
Narrativa: una novela muy, pero muy corta.
Año
1993
Procedimiento creativo/Contexto
Recuerdo muy poco de esto. Solo sé que hubo un impulso que antes no había existido y me senté frente a la máquina de escribir de mi hermana y empecé a teclear con fuerza. Lo que salía, sin pensar el sentido. Tenía 13 años. Mucho también escribí en una libreta que debo tener por algún lado. En ese tiempo lo mío era exclusivamente la música, así que lo que escribí creo que tenía que ver con la necesidad de crear un propio universo, un tipo de figura onda Ziggy Stardust, la cual se había perdido y este fotógrafo de rock decide buscar. Quise crear mi Olimpo personal.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Nadie. Ni siquiera la leí al terminar de escribirla.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Lo olvidé y tal vez se perdió. Eso es bueno, porque ya Todd Haynes lo contó mejor en “Velvet Goldmine” y quizás a esta altura ya hay que cansarse de esta onda de detective salvaje en busca de alguien.
Fragmento:

He buscado en casa por días y creo que he encontrado una de las libretas. Transcribo un párrafo tal como está escrito:

“Habíamos tocado hace mucho tiempo. Sí, cuando nos volvíamos locos por tocar entero el Dirt de Alice in Chains. Yo entonces usaba el bajo y él la guitarra. Pablo me cuenta cómo les va con el grupo, de la gira que van a hacer por Colombia en unos meses, del contrato que ha salido para grabar un disco de cinco temas con una disquera pequeña de Argentina. Que están haciendo estos conciertos para pagar el traslado y hospedaje para la grabación. Que está feliz de verme, que el pecho no se le puede inflar más por la felicidad”.


Presente

Género
La narrativa (cuento y novela) y el ensayo
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto
A esta altura, obviamente, trato con más respeto el acto de escritura, lo que se manifiesta en una exagerada costumbre de leer y releer lo escrito. Pienso mucho acerca de los personajes y de cómo van a reaccionar ante las situaciones que van apareciendo. Ensayo muchos párrafos que termino desechando, reescribo mucho más, leo, dudo, rompo, uno con pegamento. Es como tratar de resolver un cubo de Rubik. Pero, siendo sincero, sigo teniendo esa actitud de joven Indiana Jones ante la cruz de Coronado y cuando estoy tecleando en la computadora siento la misma pasión que tuve ante la máquina de escribir de mi hermana.
Cuál es tu punto de partida
Una imagen y el impulso de escribir. “Los descosidos” parte de la imagen de Emma Watson bajando las escaleras en una de las películas de Harry Potter y pensé en lo hermosa que se veía, en todo lo que escribían por Internet sobre ella, en Humbert Humbert, en Nabokov, en Lolita y en que a lo mejor podría jugar a algo similar en algún momento. Llegué a casa y me puse a escribir como poseído unas 10 páginas describiendo la fascinación de un personaje por esta “estrella”. Luego, como me suele pasar, me aburrí y dejé de escribir. Pasaron los meses y luego supe qué quería contar. Por lo general, si después de ese primer impulso encuentro algo, de ahí saldrá mi obra.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Espero que sean fieles. Aunque creo que quien los abandona soy yo.
Qué sabés de tu propia literatura
Muy poco. Tal vez nada. Sé que mucho de lo que mueve lo que hago tiene que ver con el tema de la culpa. Pero soy algo ingenuo en este rubro y por eso disfruto tanto cuando converso con un lector y escucho su aproximación a lo que he escrito.
Qué perdiste/Qué ganaste
Amigos, en ambas direcciones.
Fragmento:
De cuento “Hoax, pt 2” (que forma parte del libro “Freak to go, cia ltda”)

“Llego a la caja para pagar y miro el cuello de la mujer que me atiende. No veo nada más. Solo un cuello largo, cobrizo (el único adjetivo posible en castellano para hablar de un color café algo pardo) con una marca cruzándolo, como si ella se hubiera intentando ahorcar antes y solo le quedara la piel quemada como sentencia. Ella me habla. Sé que me habla, pero no escucho lo que me dice. La imagino subiéndose a la silla, llorando porque no tiene alternativa, colocando su cabeza dentro del lazo que ha armado con esa soga que encontró en alguna bodega. La veo en el vacío, tensiona el cuello, lucha por un poco de aire, se arrepiente. Lucha por colocar sus pies nuevamente en la supercicie que la sostenía. Me mira y se cubre el cuello. He sido muy obvio. Se rompe la soga y cae, adolorida. La siguiente inhalación es la de la vuelta a la vida”.

Futuro

Proyectos
Tengo ya un libro de relatos listo, que está esperando la respuesta de varias editoriales. Se llama “Freak to go, cia ltda”. También le estoy dando los ‘toques finales’ a un libro de ensayos titulado “La ficción útil”. Me encuentro en pleno proceso de escritura de una nueva novela y ya está listo el proyecto para otra. Este año espero escribir un guión para un largometraje.
Creo que voy a estar ocupado…
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Con el equilibrio necesario entre saña y cariño.
Quién te leerá
Algún incauto, fanático del tumblr, a quien le pido disculpas de antemano.
Qué podemos esperar de vos
Que me canse de los libros, que me ponga a componer y a grabar discos como los de Leonard Cohen. Con gira mundial y todo lo que venga a mis 70 años.
Cómo te gustaría que te recuerden
Con más cariño que saña.
Tu última frase
“And now for something completely different:..”.



Edurado Varas nació en Guayaquil, en noviembre de 1979. Vive en Quito, con su mujer Marcela y su gata Flor. Es escritor, guionista, periodista y músico. Tiene un blog sobre libros y música (“Libros, autores y riesgos”) y otro dedicado al cine (“¿Qué hay en el cine?”, para el diario “La República”, de Ecuador). Publicó en 2007 el libro de cuentos “Conjeturas para una tarde” y en 2010 la novela “Los descosidos”, con Alfaguara. En noviembre de 2011 fue designado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de los 25 secretos mejor guardados de la literatura de América Latina.

Imagen: Carlos Alonso

lunes, 20 de febrero de 2012

Germán Arens





Pasado

Tu primer texto
Mi primer texto, proviene de la inserción de palabras extraídas de mi realidad, en la métrica de una canción de “Riff” llamada “¿Qué es un tulipán?”. El protagonista era mi perro “Ringo”, yo lo secundaba.
Género
Canción futurista
Año
1982
Procedimiento creativo/Contexto
Tenía quince años. Estaba pupilo en un colegio dirigido por
hermanos maristas, ubicado en un pueblo de la provincia de Buenos Aires llamado Darregueira.
Mi compañero de banco se llamaba Claudio, era de Buenos Aires, sabía karate y escribía poesías.
Los viernes por la tarde, la mayoría del alumnado, casi todos hijos de familias residentes en la zona, era retirado del Agrotécnico por sus padres. Algunos, como en mi caso, por razones de distancia estábamos obligados a permanecer en el colegio incluso los fines de semana. Claudio se iba a Pigué, localidad cercana, allí tenía tíos, primos y una novia. Él fue quien me incentivó a escribir.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
No tuvo lectores, por lo tanto no tuvo críticas. Produjo conflictos entre Claudio y yo…
un sábado a la mañana llegó el cartero al colegio con carta para Él, su novia le escribía. José, uno de los hermanos maristas, sabiendo de nuestra amistad me encomendó entregar el sobre a Claudio el día lunes, ni bien se reincorporara al colegio.
No pude con mi curiosidad y abrí la carta.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
No envejeció, está en mi mente, a veces le hago correcciones pero las olvido.
Fragmento:
Con mi perro Ringo…

Presente

Género
Anti
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto
La técnica
Cuál es tu punto de partida
El pasado, el presente y el futuro.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Son pocos y fieles. Mis libritos, salvo en unas pocas librerías de Buenos Aires, no se consiguen. Por lo tanto cuando publico los vendo con el correo electrónico como intermediario.
Qué sabés de tu propia literatura
Que me gustan los pueblos chicos, las estaciones de servicio, las rutas, el monte, los ríos, mi familia, mis amigos, los distintos, el cine, los guiones de historietas, la poesía, los relatos cortos.
Qué perdiste/Qué ganaste
Gané experiencia en el manejo del tiempo para escribir.

Fragmento:
En el monte,
a unos setecientos metros
de un santuario en homenaje al Gauchito Gil,
estaba oculta la nave.
Hubiera sido imposible detectarla.
Era color del cromo,
un círculo perfecto abovedado en el centro.
Cuando llegamos,
Enrique estaba acompañado por cinco personas.
Ñankufil nos había dicho
que junto a nosotros viajarían unas trescientas.
Ascendimos por una rampa en dirección a una puerta triangular,
al entrar perdimos toda referencia con el exterior.
En su apariencia medía unos treinta metros de diámetro,
sin embargo, caminamos por un corredor durante siete minutos,
Enrique nos explicó que estábamos dentro de una realidad artificial,
una burbuja en el mundo.
Miré a Barilatis,
nunca creyó que Enrique fuera hijo de un extraterrestre,
sin embargo afirmaba:

-Que la nube guía del pueblo de Israel
era un ovni camuflado.
-Que Estados Unidos y Rusia
intercambiaban tecnología con seres de otro planeta.
-Que aquel que dijo “Mi reino no es de este mundo”
era un Elohim.
-Que los materiales constitutivos de un platillo
son compuestos elaborados por la alta alquimia,
traídos a la Patagonia por científicos alemanes
después de la caída del tercer reich.
-Que los amautas del imperio incaico
disponían de discos voladores
construidos en un material similar al oro.
-Que los vimanas indios estaban diseñados
en base a textos antiquísimos.
-Que la sociedad Vrill interpretó
mensajes provenientes de Aldebarán
captados por la médium María Ostiz.
Y tantas otras cosas…



Futuro

Proyectos
Carlos Sánchez, no abandonó la Tierra en una nave comandada por Enrique.
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Como al reseñador le parezca.
Quién te leerá
No lo sé
Qué podemos esperar de vos
Depende
Cómo te gustaría que te recuerden
Por mi nombre
Tu última frase:
Puede ser


Germán Arens nació en Bahía Blanca. Publicó “Pueblada”- Ediciones en Danza, “Versos de Gabino”-El Suri Porfiado, la plaqueta “Bahía Trans” – Editorial semilla, “Los Ojos del Cordero”- El Suri Porfiado, Germán Arens , Antología 2007-2010 – Goles Rosas, En una nave comandada por Enrique unos pocos hombres abandonamos la Tierra” -Vox (2012). Participó en las antologías “Pocholandia y sus amigos” y en “Palimpsesto-parrimcesto”.

Imagen: Basquiat

viernes, 13 de enero de 2012

Luis Miguel Rivas





















Pasado
 
Tu primer texto
El primer recuerdo que tengo de algo que haya escrito y que tuviera alguna forma era un cuento del que sólo me queda en la cabeza la imagen de un hombre que camina por una calle en la que se van apagando las luces a medida que el tipo pasa.
Género:
Cuento

Año
1981, 82 (por esos lados)
 
Procedimiento creativo/Contexto:
Ahora que me lo preguntás caigo en cuenta de que esa historia la escribí con el mismo procedimiento que todavía uso: vivir, sentir, recrear. Una noche iba caminando por una calle de mi pueblo y al dar vuelta en una esquina la lámpara del alumbrado público se fundió en el preciso instante en que yo pasaba debajo de ella. El evento fue tan sincrónico que lo sentí como algo relacionado directamente conmigo. Luego del impacto inicial le atribuí el hecho a la casualidad pero partí de la sensación inicial para escribir un cuento.  Ahora que pienso en ello y que me veo escribiendo en este instante, 30 años después, otra vez sobre esa calle y esa lámpara, me doy cuenta de que el apagón no fue casual y que su repercusión se extiende hasta hoy. Este párrafo y este instante en que lo escribo lo prueban.
 
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
No tuvo lectores, ni críticas ni produjo conflictos o reacción alguna.
 
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Un día boté mis cosas y ahí iba el cuaderno en el que estaba escrito el cuento. Pero igual creo que ya hubiera envejido.
 
Fragmento:
 
De unos años después conservé un cuento del que anexo el primer párrafo:
 
HUID DE LA PRIMERA MIRADA
 
“Escuchad hombres y mujeres ingenuos de todo el mundo. Vengo a advertiros de cosas que a lo mejor ya habéis vivido sin percataros. Vengo a preveniros, vengo a ayudaros: ¡Huid de la primera mirada ¡  Estad atentos, sed perspicaces cuando un hombre o una mujer os mire, aprended a reconocer en el fulgor de unos ojos que se encuentran con los vuestros las sutiles partículas que pueden perderos definitivamente. En esas imperceptibles partículas está sintetizado el germen explosivo del amor. Si lo reconocéis podéis huir a tiempo. Si llegáis a ser consientes de ello podréis escoger, definir el rumbo de vuestra historia. Si no lo hacéis, si sucumbís, no os quedará más camino que renunciar a las riendas de vuestra propia vida. Entonces ateneos: sufrid y gozad al caprichoso vaivén de los sentimientos ingobernables. Si no lo hacéis probablemente os ocurra algo parecido a lo que os voy a contar…”
 
 
Presente
 
Género
Escribo cuentos, crónicas y poemas. Esencialmente lo segundo.
 
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto
Vivo distinto, siento distinto y por tanto mi manera de recrear las cosas con palabras es distinta hoy en día (aunque también es igual y es lo extraño). Cada día me hago más consciente, por ejemplo, de cierta ingenuidad tendenciosa que tengo en la vida y en lo que escribo y uso ese modo de ver el mundo como un código. Hoy en día trato de ponerme menos trajes para escribir y busco sobre todo quitarme cosas (no empelotarme para que me vean, sino perlarme como a una cebolla, capa por capa, hasta la nada del centro). La frase anterior es un poco rimbombante, pero no la voy a quitar porque también es cierta.
 
Cuál es tu punto de partida 
Un sentimiento, una sensación. Pongo por ejemplo la historia de  las lámparas que se apagan. Una mezcla de sorpresa y extrañamiento ante un evento o una imagen. Como una pista de que la vida es más grande de lo que es. Una señal de que esa cosa ajena que es el mundo, se quiere comunicar con vos.
También puedo partir de la necesidad de explicar un sentimiento complejo, fuerte, que me avasalla. Cuando le pongo palabras le quito fuerza y evito que me anule.
 
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Sólo he publicado un libro de cuentos (Los amigos míos se viven muriendo) que en Colombia, para mi sorpresa, ha adquirido cierta celebridad. En revistas y en mi blog sigo publicando cuentos, crónicas y poemas, con una periodicidad caprichosa que casi no es periodicidad. Sin embargo últimamente recibo correos y mensajes de facebook o twitter de gente que ha leído mis cosas y que me agradece o me felicita o me pide que sea más constante con la publicación. Creo que tengo algunos lectores fieles, el infiel soy yo en este caso.
 
Qué sabés de tu propia literatura
Sé que en lo que escribo está lleno de gente que no cabe en sí misma, personajes que cojean por dentro. Aunque esto son solo palabras. No sé. Si me pongo a contestar termino chamullando, así no quiera. “Si me lo preguntan no lo sé, si no me lo preguntan lo sé”…
 
Qué perdiste/Qué ganaste
Creo que desde que empecé a escribir, hasta ahora, no he perdido nada. Todo ha sido ganancia. Aunque decir lo que uno quiere decir me sigue pareciendo muy complicado, ya no me angustia. He ganado confianza y mis miedos han cambiado y ya no me tiran al piso. Entre más me reconcilio conmigo mismo menos importancia le veo a “la literatura”. Me interesan las palabras como el único instrumento con que cuento para decir cosas que no conozco ni sé, pero que necesito decir. 
 
Fragmento:
 
“Cuando los libros empezaron a generar esos intensos olores, el acto de leer se convirtió en un asunto de mal gusto. No se sabe porqué, ni cómo, ni exactamente cuándo empezó, pero bastaba el contacto de la piel de una persona con las hojas de papel impreso para que se liberara el humor natural del lector: la huella digital olfativa, la ineludible humanidad de cada uno que gravita agazapada bajo las capas de jabón, ungüentos y perfumes.
 
Y ese humor se mezclaba con el olor humano de cada libro. La lectura de, por ejemplo, una novela de Kafka, no sólo destapaba el olor propio del lector (carne corrompiéndose, procesos químicos), sino que lo sumaba a los olores del libro: el aire de pasillos húmedos, la transpiración de seres nimios que pasaban sin cambiarse la camisa durante cientos de páginas, el sudor de funcionarios grises con cuellos grasientos y el tufillo del cuarto sin ventilación donde el escritor había imaginado todo eso sin preocuparse por el baño cotidiano.  Si alguien leía a Dostoievski,  mezclaba a sus propios efluvios el aliento de borrachos andrajosos, la cochambre, la sangre y la descomposición; la dejadez física de los desesperados.
 
Incluso quien leyera una obra transcurrida en un campo primaveral y protagonizada por niños felices era invadido por el sudor dulzón y pegajoso de los muchachos y por el aire rancio de la abuela bonachona que los veía jugar desde el umbral de la casa, mezclados con los efluvios del hombre que había creado la escena tratando de olvidar la podredumbre de su cuartucho oscuro e invernal”…
 
   
Futuro
 
Proyectos
Estoy publicando una historia larga por capítulos en mi blog de Tareas no hechas, que se llama “Quedarse es otra forma de partir” y acabo de terminar una serie de cuentos que hacen un libro llamado “Alcohol”, cuentos de borrachos. Tengo borrones y adelantos de una novela acerca de la rabia y sobre esa costumbre que existe en Colombia de solucionar las discusiones matando al interlocutor.
 
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Sinceramente no había pensado eso, pero por lo menos pediría que la reseña no tuviera expresiones como “complejidad de niveles semánticos” o “perspectiva de la otredad”
 
Quién te leerá
Las secretarias que viajan en el subte, los estudiantes que no van a clase, las señoras que hacen tiempo mientras esperan a su amante, los muchachos tímidos con brotes de acné, los borrachos desahuciados, mis familiares y alguno que otro escritor.
 
Qué podemos esperar de vos
Que siga escribiendo, es mi manera de estar en el mundo durante el tiempo en que me corresponda estar. Relatos y narraciones cortas, que es mi manera particular de expresarme. Y crónicas y poemas y alguna novela.
 
Cómo te gustaría que te recuerden
Riéndose.

Tu última frase:
Todo es mientras tanto.
 
 
Mi nombre es Luis Miguel Rivas. Si hoy me viera por primera vez en el espejo y me dijeran que me llamo así no me parecería muy coherente. Nací en Colombia en 1969. Mi signo es acuario, pero hasta ahora creo que no me ha servido para nada. Trabajé escribiendo guiones y dirigiendo programas para la televisión en mi país y también fui profesor universitario y un día hace cuatro años decidí no volver a hacer nada de eso. Hace dos vivo en Buenos Aires. Publico cuentos y crónicas en las revistas Soho y El Malpensante, y en el periódico El Espectador de Colombia, donde también tengo una versión de mi blog Tareas no hechas.

Imagen Jeffrey Harp

lunes, 9 de enero de 2012

Giovanna Rivero









                 
Pasado
 
Tu primer texto:
Nombrando el eco
Género:
Cuento
Año:
1993
Procedimiento creativo/Contexto:
Cuentos cortos de corte fantástico con gestos surrealistas, escritos durante una crisis existencial de la temprana veintena.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?:
Fue una tirada brevísima, 300 ejemplares, que se agotó en un año, produjo buenos comentarios, pero en un medio en que la crítica, en ese momento, era prácticamente inexistente. Lo publiqué porque se me acercó un insistente editor joven, peruano, Enrique Tamay, y así me animé a dar ese paso a los 21 años. Los conflictos familiares precisamente fueron el germen del libro, de modo que el librito resultó ser solo un gato mordiéndose la cola.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Nunca más lo toqué. A veces pienso que es un libro/archivo clínico, una huella de un estado de ánimo, un documento freudiano de la infancia de mi escritura.
Fragmento:
No tengo ninguno. El libro nunca se reeditó y en el 93 no tenía una computadora. Es mi prehistoria. Pero había un cuento, por ejemplo, sobre una señora que enviudaba compulsivamente y otro sobre una partera que cruzaba kilómetros y kilómetros de pampa para atender los partos, un día atiende el parto de una muchachita, que es casi una niña. Es decir, las historias no tenían mucho que ver con el “afuera” de ese momento. Fue el acto mismo de escribir, la decisión de escoger la literatura como un camino, lo que produjo algunos sismos en mi casa.
 
 
Presente
 
Género
Cuento, novela.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
La ansiedad. Antes me parecía que escribir en estado nervioso, psicodélico, era la perfecta circunstancia para que el texto se acercara a lo que yo esperaba de él. Era una idea de “autenticidad” demasiado emocional. Ahora tolero la imperfección, la distancia entre la idea, la imagen mental y los rumbos que va tomando, por su velocidad, por su propio devenir, el texto. En algún momento también encontré en la corrección obsesiva una suerte de paliativo a ese ‘cable pelado’ al que me enchufaba para escribir. Ahora, si bien me gusta la lujuria de la fase de corrección que sigue a un texto después del reposo, valoro mucho la espontaneidad inicial de la escritura. El texto salvaje o primario no debe perderlo todo.
Cuál es tu punto de partida.
En el caso del cuento mi punto de partida es una situación. Pongamos que me entran ganas de contar una historia en medio de un terremoto o sobre fobias, a partir de ahí comienzo a pensar en posibles personajes, en temporalidades. En el caso de la novela la gestación es más compleja. Pienso en cosas ocurriendo en distintos espacios y que involucran subjetividades y desencadenan acciones y sentimientos. Para que ese caos se ordene, obvio, necesitamos algún tipo de colisión, y entonces intuyo que mi trabajo es anudar eso que ocurre y que en apariencia no está vinculado. Crear la simultaneidad, pues. Ahora que me lo preguntás, creo que eso es lo que me gusta de la novela, ese tejido enloquecido entre sujetos y vidas que en primera instancia estaban desconectados. Cuando comencé a escribir Tukzon imaginaba la “verdadera” historia emergiendo como la neblina de un río en el invierno. Los episodios construirían el río, pero el vapor, la neblina, era algo que el lector tendría que ir percibiendo a partir de los vínculos, de la composición invisible, como cuando mirás una de esas imágenes en 3D y al principio solo ves formas planas y luego el ojo recrea la dichosa tercera dimensión.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No lo sé.
Qué sabés de tu propia literatura.
Que gran parte de ella parece autobiográfica pero no lo es. El solipsismo es una apariencia y mis mejores lectores son los que han franqueado ese umbral.
Qué perdiste/Qué ganaste
Perdí horas de sueño, perdí ingenuidad, perdí un tiempo importante con mis hijos. Gané placer, el placer de escribir una historia con un sentido de libertad que no había experimentado antes. Gané la capacidad de reinventar mis propias búsquedas.

Fragmento:
Quizás han escuchado un millón y medio de veces decir: “mi vida cambió después de las torres”, “nada es lo mismo después de la torres”. Lo entiendo a la perfección. La mía se jodió olímpicamente después de las torres. Volé en mil pedazos. Todavía a veces, en el sueño de mi sueño eterno, es decir, en la pesadilla de mi infinita pesadilla, veo mis dedos separarse como una medusa en celo en el fondo del mar, solo que este mar es gaseoso, gris, cien por ciento polución. También veo separarse, irse por su cuenta, mis pies, y por un instante me pregunto cómo iré a caminar después, cuando todo haya pasado, pero a la velocidad de un rayo sumo y resto que no habrá un después, no en términos humanos, para ponérselos fácil.
 
   
Futuro
 
Proyectos:
Estoy corrigiendo una novela titulada provisionalmente “Ovni”, contextualizada en los años 80, en Bolivia. Ojalá pueda publicarla en algún momento de este 2012. Este año también quiero continuar con una novela juvenil que tengo comenzada y en la que indefectiblemente pienso cuando estoy en la ducha. Creo que a estas alturas se va a llamar “Girl Interrupted” J.
Cómo te gustaría ser reseñado/a.
Sin prejuicios.
Quién te leerá
Nunca falta un lector raro.
Qué podemos esperar de vos.
Que radicalice mi vocación por la ciencia ficción.
Cómo te gustaría que te recuerden.
Con amor. Y como a una escritora arriesgada, si consigo ganarme ese aura.
Tu última frase:
Se hizo todo lo que se pudo, ni un milímetro menos.
 

 
Giovanna Rivero nació en Santa Cruz, Bolivia, en 1972. Ha publicado los libros de cuentos: La dueña de nuestros sueños (2002), Contraluna (2005), Sangre Dulce (2006), y Niñas y detectives (Bartleby 2009), y las novelas Las camaleonas (2001), Tukzon, historias colaterales (2008) recientemente adaptada al cómic, y  la nouvelle Alkalá Thriller, incluida en Crónicas de oreja de vaca (Bartleby 2011). Participó en el Iowa Writing Program (2004), fue seleccionada como uno de Los 25 Secretos Literarios Mejor Guardados de Latinoamérica por la FIL Guadalajara 2011. Desarrolla un doctorado en literatura hispanoamericana en University of Florida.
 
Imagen: Jan Saudek

viernes, 16 de diciembre de 2011

Hernán Ronsino




Pasado

Tu primer texto
Género

cuento
Año
1990
Procedimiento creativo/Contexto
Lo escribí como parte de un ejercicio para la escuela. A partir de una serie de palabras que nos daba la profesora teniamos que escribir una historia. Yo recuerdo la sensación que me provocó escribir ese relato. Lo escribí en mi casa. Y mientras me dejaba llevar por la escritura – en el recuerdo la sensación sigue siendo vívida – sentí que algo se iba desbloqueando y a la vez iba descubriendo un territorio y una sensación nueva. Fue tan fuerte que aun lo recuerdo.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Lo que complementa esa sensación de descubrimiento en la escritura fue lo que pasó, después, en la escuela cuando tuve que leer el texto. Sentí que mis compañeros estaban atentos. Y después recibi algunos comentarios muy buenos de la profesora y de algunos amigos. Algo intenso sucedió ahí, sin dudas
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
No tengo copia.
Fragmento:
Recuerdo que se llamaba El misterio del bastón dorado. Y alguna relación con la dictadura aparecía. Porque había un muerto. Y un Falcón verde entrelazado en el asesinato. Todo sucedía de noche. Y había un clima de agobio.


Presente
Género

Novela
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Entre aquel cuentito de la escuela y mi ultima novela hubo una formación literaria. Pasaron muchos autores que me marcaron profundamente. Me interesa trabajar, reflexionar, investigar la lengua.
Cuál es tu punto de partida
Muchas veces son imagenes. O estados de animo. Que lanzan la escritura.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Los lectores que conozco son muy buenos lectores.
Qué sabés de tu propia literatura.
Sé lo que está escrito. Y eso que está escrito lo termino de entender con la devolución de los lectores.
Qué perdiste/Qué ganaste.
Gané amigos. Muchos amigos.
Fragmento:

Fragmentos de la novela Glaxo (Eterna Cadencia, 2009)
1.Vardemann.
Un día dejan de pasar los trenes. Después llega una cuadrilla. Seis o siete hombres bajan de un camión. Usan cascos amarillos. Empiezan a levantar las vías. Yo los miro desde acá. Los miro trabajar. Trabajan hasta las seis. Se van antes de que salgan los obreros de la Glaxo. Dejan unos tachos con fuego, para desviar el tránsito. Cuando ellos se van, yo cierro la peluquería.
Entonces empiezo a soñar con trenes. Con trenes que descarrilan. Se hamacan, antes de caer. Rompen los rieles. Largan chispas. Y después viene ese ruido, previo a la detención, tan estridente. Que hace doler las muelas. Que conmueve. Como cuando la navaja raspa en la zona de la nuca, y las cabezas se estremecen, las espaldas se estremecen, y no importa si es Bicho Souza o el viejo Berman, las espaldas se sacuden como los vagones de un tren descarrilando. Escalofrío, que le llaman. Después hay un ardor, en la nuca. Y la picazón del cepillo, entalcado, rodeando el cuello. Y una primitiva calma.

Futuro
Proyectos

Estoy terminando una novela que explora diversas formas de la memoria.
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Una critica respetuosa y conocedora del texto. Es decir, que haya leido la novela.
Quién te leerá
Mis buenos lectores.
Qué podemos esperar de vos
Que no baile. Soy muy malo.
Cómo te gustaría que te recuerden
Que no sea bailando.
Tu última frase:
Gracias por todo.



Hernán Ronsino nació en Chivilcoy en 1976. Sociólogo, docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Sus obras han sido traducidas al francés y alemán. Miembro fundador de la revista argentina En ciernes.
Libros publicados: Te vomitaré de mi boca (Libris, 2003), La descomposición (Interzona, 2007), Glaxo (Eterna Cadencia, 2009).

Imagen Hopper

viernes, 9 de diciembre de 2011

Selva Almada





















Pasado

Tu primer texto:
una “composición” sobre el día de la independencia.
Género:
narrativa.
Año: 1983.
Procedimiento creativo/Contexto
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?

No recuerdo ni el proceso ni el título ni un solo fragmento. Pero era una especie de concurso interno de la escuela. Supongo que lo escribí porque las maestras decían “que escribía bien” y, sobre todo, para ganar el premio. Salí segunda y me dieron un libro, “Zoología lírica”, de Juan Burghi, así que por lo menos recibió crítica favorable del jurado. Yo creo que más que ponerse viejo ese texto ya debe haber sido viejo cuando lo escribí… de lo contrario no hubiese ganado un concurso escolar! No recuerdo haberlo visto nunca más. En realidad, nunca nada de lo que escribí produjo conflictos familiares, ni siquiera los relatos de En familia en los que mis familiares (algunos) no quedan bien parados: supongo que la mayor parte de mi familia no me lee y por eso no hay conflicto!


Presente

Género:
Narrativa.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto:
Ahora no escribo para ganar concursos, por ejemplo. A diferencia de aquel primer texto, escribo un relato porque tengo ganas, porque me divierte.
Cuál es tu punto de partida:
No siempre es el mismo: a veces, una historia surge de alguna anécdota que me contaron, otras aparece un personaje que pide pista… o sólo una atmósfera, una sensación. Pero en todos los casos estoy un tiempo largo masticando lo poco o lo mucho que haya al principio y hasta que no encuentro un primer párrafo que me conforme no empiezo a escribir.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?:
Tengo lectores de la primera hora que todavía no me han abandonado, pero quizá sea sólo porque me quieren mucho.
Qué sabés de tu propia literatura:
Que mis personajes son gente del montón: un pastor evangelista o un ladrillero o la mujer del capataz de una maderera o un mecánico… gente común y corriente a las que les pasan cosas, que son buenos y malos, amorosos y violentos, generosos y mezquinos, todo al mismo tiempo, en mayor o menor medida.
Qué perdiste/Qué ganaste:
Felizmente fui perdiendo los prejuicios. Sin prejuicios creo que todo lo demás es ganancia.
Fragmento:
“La mujer amaga ir hacia el coche, pero el Reverendo se interpone y ella se queda congelada en el movimiento. Como en el juego de las estatuas, piensa Leni, que siempre lo juega, siempre en patios distintos y siempre con niños distintos, luego del sermón dominical. Con un brazo extendido y la palma abierta al frente, el Reverendo, su padre, camina hacia atrás y abre la puerta del conductor. Su madre se queda parada ahí, junto a la valija, y se cubre el rostro con las manos. Está llorando.
El vehículo se pone en marcha y arranca levantando una nube de polvo. Entonces su madre corre unos metros detrás del auto como esos perros que son abandonados en la ruta durante las vacaciones.”
[De la novela El viento que arrasa.]


Futuro

Proyectos:
Estoy escribiendo un libro de crónicas sobre los asesinatos no resueltos de tres adolescentes en la década del 80. El título provisorio es Chicas muertas.
Cómo te gustaría ser reseñado/a:
Con total honestidad.
Quién te leerá:
Ojalá que mucha gente.
Qué podemos esperar de vos:
No sé… nada. Ni sé qué puedo esperar yo de mí.
Cómo te gustaría que te recuerden:
Leyéndome.
Tu última frase:
Al final no era para tanto.

Selva Almada nació en Entre Ríos, en 1973. Publicó los libros: Mal de muñecas (2003), Niños (2005), y Una chica de provincia (2007). Integra las antologías de relatos: Una terraza propia (2006), Narradores del siglo XXI (2006), De puntín (2008), Timbre 2 (2010) y Verso y reverso (2011); y de poesía Poetas argentinas 1961-1980 (2007).
Algunos de sus relatos fueron publicados en revistas de Argentina, España y Cuba. Forma parte de la antología en alemán Die Nacht des Kometen (2010).
En marzo de 2012 Mardulce Editorial publicará su primera novela, El viento que arrasa.

Imagen: Otto Dix

martes, 22 de noviembre de 2011

Josefina Licitra



Pasado
Tu primer texto
Género

Crónica de viaje
Año
1989 aprox

Procedimiento creativo/Contexto
Cuando terminé la primaria, mi abuela me llevó a las Cataratas junto a mi bisabuela. Era un premio por el fin de ciclo, dijo. Describí todo ese viaje con malicia. Era lo único que podía hacer.

¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Lo leyó mi familia. Les gustó a todos menos a mi papá y a su madre, mi abuela. A mi bisabuela no se lo quisieron dar.

¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?Lo perdí.

Fragmento:
No tengo. Pero recuerdo escenas. Una de ellas es la de mi abuela y mi bisabuela arriba de una lancha que repentinamente toma gran velocidad. Las dos se agarran de una cuerda. Mi abuela dice: “a la mierda” y se le vuelan los pelos.


Presente

Género

Me estoy reponiendo del libro que entregué hace cinco meses. Mi presente es degenerado.

Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
De todos los cambios posibles (puede haber varios) hay sólo dos que registro con facilidad: le doy mucha importancia –más que antes- a la estructura de un texto. El esqueleto pesa tanto como el trabajo sobre el estilo. Y, en segundo lugar, noto que cada vez estoy más austera con el uso del lenguaje. Trato de que sólo queden en el texto las palabras que no sobran. No siempre me sale, pero me hace bien conocer mi norte.

Cuál es tu punto de partida
Depende. Cuando se trata de no ficción, el punto de partida a veces lo da una nota intrascendente en el diario. Luego uno va trabajando sobre una historia que de algún modo –y más allá de la intervención subjetiva- ya está dada por –subrayo las comillas- “la realidad”. En cambio en la literatura de ficción el proceso puede llegar a ser, en este punto, un poco más libre. En el libro que ahora tengo en mente –y que aún no empecé a trabajar, aunque sé que es ficción- el punto de partida es una escena que se me hace muy nítida. Supongo que el trabajo consistirá en tratar de despejar cómo se llega a esa escena -con qué personajes y con qué acciones- y cómo se sale de ella.

¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No lo sé. Sólo me entero de la existencia de los fieles. Los demás creo que se van en silencio, gracias a dios.

Qué sabés de tu propia literatura.
Que es yo.

Qué perdiste/Qué ganaste.
Perdí la mirada romántica sobre la producción literaria. / Gané una mirada más sólida sobre la producción literaria. Una mirada sustentada, básicamente, en la obligación de poner el culo en la silla y escribir.

Fragmento:Un tramo de un relato corto que estoy por entregar a la revista El Gourmet.

“Este día me dedicaré a comer: eso me digo. Este día me dedicaré a comer moras.
Ahora no las tomo de a una, sino de a racimos. Son frágiles. Las destrozo sin fuerzas contra el paladar. Soy poderosa. Mis manos están violetas y me gustan así. No sé cómo estará mi cara. ¡Mi cara! Alguien puede verme. Miro alrededor. Aquí sólo se ven plantas y palomas, pero igual decido irme. En unos minutos debo almorzar con mis amigos. Tengo que parecer normal. Entro al cuarto, me miro en el espejo. Luzco como un animal de caza. Manchas terribles alrededor de mi boca. Me lavo el rostro, las manos; el agua se va morada por las cañerías. Vuelvo a mirarme, sonrío. Ensayo: “¿Qué tal? ¿Cómo la están pasando?”. Luego bajo.
La mesa del almuerzo está tendida en el parque. Hay un mantel blanco, cinco copas y cuatro ancianos bien conservados hablando –ahora- de los viajes que hicieron con el sistema de millas de la tarjeta de crédito.
—¿Qué tal? ¿Cómo la están pasando? –digo mientras me siento. Pero antes de cualquier respuesta sopla un viento suave y una mora revienta contra mi plato limpio.
—Qué divertido, moras –dice una de mis amigas. Todos la llaman Queeny. Es bastante simpática. No puedo evitar imaginar el resto: un viento que empuja con ganas y cientos de frutos que rompen violentamente sobre nosotros. Algo parecido a Los Pájaros de Hitchcock pero en colores. En colores fuertes. Eso imagino. Luego tomo el fruto de mi plato y lo sostengo con delicadeza. Caramba, no limpié mis uñas; bajo las uñas todo está rojo pero ya no importa. La mora tiene una belleza cruda. Pequeños nódulos se agolpan hasta formar un cuerpo perfecto, casi humano.
—Deberías probarla, Queeny –le digo. Luego me la meto en la boca, la deshago en menos de un segundo.”



Futuro

Proyectos

Creo que voy hacia una novela. Pero es temprano para dar una respuesta seria.

Cómo te gustaría ser reseñado/a
Sin malicia.

Quién te leerá
No sé. A veces pienso que sólo escribo para mi hijo. Para el adulto que mi hijo será algún día. Él encarna la única idea de futuro que logro imaginar.

Qué podemos esperar de vos
Neurosis creativa y parcialmente domesticada.

Cómo te gustaría que te recuerden
Como el alma de una fiesta que no se hizo nunca.

Tu última frase:
Me quería quedar.




Josefina Licitra nació en Argentina en 1975. En La Plata. Es periodista y escritora. Acaba de publicar el libro Los Otros. Una historia del conurbano bonaerense (Debate) y en 2007 publicó Los Imprudentes. Historias de la adolescencia gay lésbica en Argentina (Tusquets). En 2004 ganó el premio a mejor texto periodístico otorgado por la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano presidida por Gabriel García Márquez. Sus crónicas fueron publicadas en diversas antologías nacionales e internacionales.

Imagen Arturo Aguiar

viernes, 11 de noviembre de 2011

Daniela Tarazona



Pasado
Tu primer texto
Género
Cuento
Año
198?
Procedimiento creativo/Contexto
Escrito en un centro comercial de Caracas, Venezuela, en una servilleta. También lo ilustré. Imaginaba qué sucedería si un monstruo entrara a ese lugar. Dibujé a la criatura.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Creo que le gustó a mi familia.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Algún día lo escribiré otra vez.
Fragmento:
No lo tengo. Debe haberse perdido. Es un primer texto cuya escritura sólo existe en mi memoria.


Presente
Género
Novela.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Creí que haber escrito una primera novela me ayudaría a enfrentar los enigmas de la segunda, que escribo ahora, sin embargo, me encuentro de nuevo en un mundo que se ha formado ante mis ojos, y se trata, otra vez, de un universo de naturaleza desconocida. No entiendo de dónde vinieron las ideas que componen ese mundo ¿Es raro, verdad? Al menos, a mí me lo parece.
Cuál es tu punto de partida
Una emoción. La necesidad de llevar a la ficción la gestación, el padecimiento y el sacudimiento vital de una emoción. Nunca he sabido qué historia voy a contar. Los hechos y los personajes surgen en el ejercicio de la escritura.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No lo sé. Espero que no me abandonen.
Qué sabés de tu propia literatura.
Que tiene elementos fantásticos. Y hay fisuras en los textos; mi escritura es fragmentaria y suelo dejar espacios indeterminados.
Qué perdiste/Qué ganaste.
Perdí partes de mí misma y gané otras facultades que desconocía.
Fragmento:
El animal sobre la piedra (Almadía, 2008). Novela.


X
ANIMALIDAD

Me miro en el espejo. Me detengo en mis pupilas, ahora son ovaladas y verticales; el iris se ha enrojecido, en el ojo derecho tengo una mancha amarilla que antes, en mi condición previa, era color café. Las orejas han disminuido de tamaño, por lo menos a tres cuartas partes. Miro más de cerca: no tengo lunares, desaparecieron bajo el velo verdoso de mi nueva piel.
Lisandro se ha comportado de manera agresiva hoy: me ronda y, al estar cerca, gruñe en señal de rechazo. No tiene dientes porque no los necesita, su lengua le basta. Mi compañero dice que Lisandro distingue mi reciente animalidad. He decidido ignorarlo.
En las noches, los latidos de mi corazón son más espaciados. Si pienso como lo que he sido, si pienso desde el cuerpo de una mujer, me asusto y creo que puedo morirme, que mi corazón se detendrá. En el día vuelve a la normalidad, se acompasa a un ritmo sostenido y certero.

He tenido que salir cada medio día a la playa para acostarme en alguna piedra caliente. Lo necesito, las escamas se ponen más brillantes si lo hago y el dolor de mis coyunturas disminuye; el sol me reconforta. La temperatura de mi cuerpo se regula con la temperatura exterior y me sé inmortal cuando estoy sobre una piedra.
Mi compañero cree que es peligroso, que me hará daño porque las piedras se calientan demasiado, discutimos, le respondí sin que me importara el tono, argumenté que estoy aprendiendo y que debo obedecer mis instintos.
Mi olfato se ha agudizado. Y noto que si abro la boca también puedo oler por ella. A la par del descubrimiento, después de comer, paso mi lengua por la bóveda del paladar porque me duele y descubro dos pequeñas protuberancias alineadas de manera simétrica.
Lisandro y yo empezamos a competir por alimento. No imaginaba que llegara a afectarnos, es clara nuestra diferencia, pero Lisandro come hormigas y a mí comienzan a gustarme los insectos; como las arañas de la casa y los mosquitos. Lisandro gruñe cuando husmeo las esquinas, pero no estoy dispuesta a dejarlo de hacer.


Futuro
Proyectos
La novela que escribo.
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Como si me hubieran leído.
Quién te leerá
El lector que se encuentre con mi escritura, el que se intrigue.
Qué podemos esperar de vos
Ni si quiera yo sé qué puedo esperar de mí. Entonces, digo: esperen de mí la incertidumbre.
Cómo te gustaría que te recuerden
Con mis antojos en un altar de muertos un 2 de noviembre, como a cualquiera.
Tu última frase:
¿Mi última frase de la vida?
Tengo que escribir y vivir más para decirla.


Daniela Tarazona nació en México en 1975. Es editora y promotora cultural. Realizó estudios de doctorado en literatura en la Universidad de Salamanca. Colabora para las revistas Letras Libres, Renacimiento y Crítica. Actualmente es becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, México. Ha publicado El animal sobre la piedra (Almadía, 2008- Entropía 2011) y Clarice Lispector (Nostra, 2009).

Imagen: Witkin

martes, 8 de noviembre de 2011

Carlos Ríos



Pasado

Tu primer texto
Género
:
poema
Año:
1980 (más o menos)
Procedimiento creativo/Contexto:
Fue escrito de un tirón, creo que en clases, o en alguna hora libre, en General Lavalle.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Salió en el diario Pionero del Partido de La Costa (con una errata, no la recuerdo ahora, pero ahí estaba). Mi viejo lo recortó y lo pegó en la carnicería. Me sentí muy expuesto al verlo publicado.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Nunca lo volví a leer.
Fragmento:
No seamos dragones/ podemos vivir entre perdones.


Presente

Género:
El menos reconocible como tal.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto:
El punto de vista.
Cuál es tu punto de partida:
Dos o tres ideas inconexas, un personaje, cierto territorio, un desplazamiento.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Escribo textos tan breves que los lectores llegan, hasta donde sé, a la última página.
Qué sabés de tu propia literatura.
Es un mundo que me gusta habitar, aunque siempre termine expulsándome.
Qué perdiste/Qué ganaste.
El objetivo. La falta de objetivo.
Fragmento: Un poema del libro Nosotros no (Ediciones UNL, 2011)
MAGOS DE BALI
Sin brazos hacen lo que el mago de Oz jamás se atrevería (1) Reptan por los suburbios para no ser atrapados por el Grupo Canófilo (2) Un combo de larvas arma en sus pechos la pasta fluorescente que comen por la noche (3) Pero son magos: las reducen a corbatas (4) Son magos: dejan las cosas así, como si otro las confeccionara, un dios o un tipo más organizado que ellos, una persona, diríase, ambidiestra (5) Nosotros (6) No

Futuro

Proyectos:

Libros delgados, de cauces folletinescos, a precios razonables, y muchísimos.
Cómo te gustaría ser reseñado/a:
Como ya me han reseñado: con inteligencia y sin obligación.
Quién te leerá:
Otros lectores, mis hijos.
Qué podemos esperar de vos:
El mejor libro que pueda escribir.
Cómo te gustaría que te recuerden: Como una moneda de un país remoto o que ya no existe.
Tu última frase: Los transformers también toman el té.


Carlos Ríos nació en 1967 en Santa Teresita, provincia de Buenos Aires. Es autor de los libros de poemas Media romana (Ediciones El Broche, 2001), La salud de W.R. (Dársena3, 2005), La recepción de una forma (Bonobos, México, 2006) y Nosotros no (Ediciones UNL, 2011); de las plaquetas La dicha refinada (Dársena3, 2009) y Háblenme de Rusia (Goles Rosas, 2010); de la novela Manigua (Entropía, 2009) y del relato A la sombra de Chaki Chan (Trópico Sur, Uruguay, 2011).

Imagen Elliot Erwitt

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mariano Dupont



Pasado

Tu primer texto
Un relato malísimo que intentaba un cruce imposible: Borges con La náusea de Sartre.
Género
Cuento, relato.
Año
1987
Procedimiento creativo/Contexto
No hubo ningún procedimiento creativo. Escribía a mano, en un cuaderno, a tientas, tratando de avanzar en una historia que tenía como protagonista a un joven angustiado, un pequeño sabatito al que la vida lo vapuleaba (porque era muy sensible) y que coqueteaba con el suicidio.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Pocos lectores. Mi novia de ese entonces, las amigas de mi novia, algún amigo tal vez, no me acuerdo. Ningún conflicto familiar porque mis viejos no tenían ni idea de que escribía. Si lo hubieran leído, me habrían mandado a un terapeuta (o a un taller literario).
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Era viejo antes de ser escrito. Imposible de corregir. No, no lo quemé.
Fragmento:
El comienzo: “En el milésimo quinto espejo corroboró por milésima quinta vez aquella metamorfosis atroz. Víctima de una realidad irrefutable creyó enloquecer. Pensó en salir y en no volver, pensó en matarse (¿tendría un sentido?)”. ¿Qué tal?


Presente

Género
De todo un poco.
¿Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto?
Más libertad, me importa cada vez menos la opinión de los demás (pero todavía me importa). Me divierto más, me río, soy más sutil, más musical, qué sé yo.
¿Cuál es tu punto de partida?
Depende. A veces, ninguno, pura improvisación. En cambio, para la novela que estoy escribiendo ahora, tomé notas durante un año. Notas que ya son otro libro.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
No sé quiénes son mis lectores, aparte de algunos amigos. A mis amigos no siempre les gusta lo que hago. De mi primera novela se vendieron 2500 ejemplares; de la segunda, 150. ¿Eso dice algo, no?
¿Qué sabés de tu propia literatura?
Poco. Que muta como un engendro, que parece empeorar (pero en realidad está mejorando).
¿Qué perdiste?/¿Qué ganaste?
Perdí lectores, ilusiones. Me gané la indiferencia de los que me habían celebrado.
Fragmento:
“Me lleno los pulmones. Me dirijo, como dije, hacia el mar. Chuac, chuac. Miro el reloj. Quince minutos de caminata. Ya casi estoy frente al prisma gigante del helipuerto. Faltan unos metros. No hay helicópteros a la vista. Sólo un sno-cat mediano, rojo, inmóvil, un cangrejo muerto. Momento ideal para orinar. Con los guantes y el mameluco que me dieron en la recepción, no es tarea fácil sacar el pito. Me saco los mitones y los tiro a un costado. Abro la bragueta de velcro. Y orino. Sí: en la nieve, avanzando por debajo del kevlar rojo de las raquetas, un círculo humeante, amarillo, se expande centrípetamente. Me tiro un pedo: pfrr.”


Futuro

Proyectos
Una novela, una autobiografía satírica, varias libretas de pavadas, un poema de 350 páginas.
¿Cómo te gustaría ser reseñado/a?
Con amor.
¿Quién te leerá?
No sé. Me gustaría que me leyeran hasta los monos del Amazonas, como decía Libertella.
¿Qué podemos esperar de vos?
Nada.
¿Cómo te gustaría que te recuerden?
Mm… ¿Como un hombre libre?
Tu última frase:
Be happy.




Mariano Dupont nació en Buenos Aires en 1965. Publicó las novelas Aún (Premio Emecé 2003) y Ruidos (Santiago Arcos, 2008) y los libros de poemas Quique (Ediciones cada tanto, 2003), Pampa trunca (Ediciones cada tanto, 2004), Nanook (Ediciones cada tanto, 2010) y Marcola (Ediciones cada tanto, 2011). De 2000 a 2008, fue editor de la revista Los Inrockuptibles. Perteneció al grupo editor de Kilómetro 111, ensayos sobre cine, revista de la que fue uno de los fundadores. Desde hace varios años coordina talleres literarios. Tradujo a Louis-Ferdinand Céline, William Burroughs, Arthur Cravan, entre otros.

Imagen: Andrzej Dragan

martes, 1 de noviembre de 2011

Alejandra Zina



Pasado

Tu primer texto
Género:

Cuento
Año:1981
Procedimiento creativo/Contexto:
Copiar “Las medias de los flamencos” de Horacio Quiroga.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
Mi vieja cortó las hojas, armó los pliegos y los pegó para que tuvieran forma de libro. Ella fue la única lectora, la única fan.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Lo guardo en un placard y se conserva perfecto.
Fragmento:
Había una vez un río muy grande donde vivía una ballena que un día se escapó.

Presente
Género
Novela, cuento, crónica, notas y reseñas.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Desde 1981 se modificó todo. Cuando volví a escribir cuentos, veinte años después, dejé un poco de lado los animales. Me gustaría traerlos de nuevo.
Cuál es tu punto de partida
Las ganas. Y mis ganas se potencian cuando aparece uno o dos personajes muy definidos. Después una situación o un escenario. Después el título.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Como me venían editando en publicaciones chicas o independientes, los seguidores eran mi familia, amigos, una cantidad de colegas más o menos cercanos y algunos lectores desparramados. Ahora que tuve la suerte de publicar en una editorial grande, estoy viviendo la experiencia de sumar lectores desconocidos y distantes. Y es muy fuerte.
Qué sabés de tu propia literatura.
Que me gustan los diálogos y las voces en primera persona porque me hacen sentir que estoy actuando y no escribiendo. Es un trance más corporal que intelectual. Que dos por tres vuelvo a las relaciones familiares. Me gusta recuperar cierta lengua familiar, palabras o expresiones que oía en mi casa y que hoy me suenan dramáticas o graciosas. Mi amigo Hernán Lucas dice que lo que hago es realismo agujereado. Agujereado por el grotesco, por lo fantástico, por lo extraño. Como un realismo pinchado, por donde se escapa o entra otra cosa. No sé si todo lo que escribo se ajusta a esto, pero me gusta la imagen que él usó.
Qué perdiste/Qué ganaste.
Perdí algunos prejuicios. Gané algunas convicciones.
Fragmento:
Dos platos con moho.
Dos platos donde comieron dos personas.
Dos platos de un último encuentro, que no sería el último porque todo lo unido tarda en separarse.
Dos platos sucios que yo limpié con más ganas que los míos.
Como si lavar un plato fuera borrón y cuenta nueva.
Dos platos de cerámica berreta, seguro del Once. Un gusto de mierda.
(Barajas, Plaza&Janés, 2011)


Futuro

Proyectos
Una intuición que todavía no tiene forma, así que tampoco puedo ponerla en palabras. El guión para una historieta. Uno o dos relatos breves.
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Creo que lo más importante es seguir produciendo. Seguir intentándolo. Más allá del cómo, me gustaría seguir siendo reseñada porque eso quiere decir que mis libros interesan, que eventualmente gustan y ayuda a que se conozca mi trabajo. Lo único que no me gustaría es que me reseñen con mala leche.
Quién te leerá
Que me lean en el futuro sería una cosa digna de festejar. Lástima que en el cielo no va a haber cerveza para brindar con mis amigos.
Qué podemos esperar de vos
Si me quieren, esperen lo mejor.
Cómo te gustaría que te recuerden
Que me recuerden. En lo posible que me recuerden por lo que dejo escrito, y no por un divorcio escandaloso o un crimen pasional.
Tu última frase:
¿Fumamos un cigarrillo más? El último, lo prometo.



Alejandra Zina nació en Buenos Aires en 1973. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Publicó la “Antología erótica argentina” y, en co-autoría, la compilación “En primera persona. Correspondencia argentina en dos siglos”. Tiene editado el libro de cuentos “Lo que se pierde”. Dicta clases de narrativa en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica. En España, colabora con la revista digital Calibre 38, especializada en género policial, y participó de la antología “Un nudo en la garganta. Quince cuentos terribles” (Trama Editorial). En la Argentina, ha publicado artículos, reseñas y cuentos en diarios, revistas literarias y antologías

Imagen: Mark Ryden

viernes, 28 de octubre de 2011

Ariel Bermani




Pasado
Tu primer texto
Género:
¿Novela?
Año:
Difícil de responder. Creo que tendría 12 o 13 años.
Procedimiento creativo/Contexto:
“Una familia”, se llama, eso que escribí, en un cuaderno de tapa dura. Lo que salió, ahí está. Nunca lo corregí.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?:
No tuvo lectores
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?:
No lo quemé. Ese cuaderno, apilado con muchos otros -y con carpetas de la época en que usaba máquina de escribir- está guardado en alguna parte. En cada mudanza vuelvo a encontrarme con todo ese material, pero no me animo a leerlo.
Fragmento:
En la próxima mudanza -falta poco-, puedo buscar el cuaderno y copiar un fragmento.


Presente

Género:
Novela, cuento.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto:
Escribo más tranquilo, sin apuro, dejándome llevar por el sabor y la música de las frases.
Cuál es tu punto de partida:
Una imagen. Por más que sea una imagen opaca, casi fantasmal.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?:
Son fieles, por suerte. Al menos mis primeros lectores, los amigos. Los otros no sé.
Qué sabés de tu propia literatura:
Que me gusta ir conociendo a mis personajes a medida que van moviéndose y haciendo sus cosas.
Qué perdiste/Qué ganaste:
Perdí ansiedad. Gané tiempo, a pesar de la aparente contradicción de lo que acabo de poner. Voy a esto: antes tenía más tiempo -para escribir y de vida, más si me comparo con el niño que fui-, pero ahora tengo otro manejo del tiempo. Sé que un texto puede llevarme años, minutos, horas, pero no eso no me inquieta.
Fragmento:
“El amor es un músculo que se atrofia por falta de uso. A él se le atrofió hace mucho, o, tal vez, nunca pudo ejercitarlo con frecuencia -más bien fue mezquino o temeroso-. Tuvo mujer, hijos, hasta nietos, pero desde hace años está solo. No es viejo. Simplemente se dejó estar. Sale una vez al día o una vez cada dos días, para juntar unas monedas y con eso comprar pan y vino. Se viste con su mejor ropa y nunca sale sin afeitar. Su mejor ropa: el pantalón, la camisa y los zapatos que usó el día de su casamiento, hace más de treinta años. El saco lo lleva cuando hace frío. La corbata no, se la comió uno de los perros”.


Futuro
Proyectos:
Escribir 45 libros más. Publicar, tal vez, los 4 o 5 que me parezcan más razonables.
Cómo te gustaría ser reseñado/a:
No tengo preferencias. Me daría pudor pensar en eso. Que hagan lo que puedan, con lo poco que yo mismo puedo hacer.
Quién te leerá:
No sé. Si hay alguien dispuesto, ya me sentiría muy feliz.
Qué podemos esperar de vos:
Poco.
Cómo te gustaría que te recuerden:
Como un futbolista que nunca llegó a primera. Ni siquiera a las inferiores. Me quedé en la escuelita de fútbol infantil. Ahora es el momento de mi hijo. Él sabe parar la pelota y encarar.
Tu última frase:
Eso es todo, amigos.




ARIEL BERMANI
Narrador y poeta. Publicó las novelas: LEER Y ESCRIBIR, Buenos Aires, Interzona, 2006(Segunda mención en el Premio Clarín de novela 2003; traducida al hebreo y publicada en Israel en 2009 por la editorial Carmel) ; VENENO, Buenos Aires, Emecé, 2006 (Premio Emecé de ese año) y EL AMOR ES LA MÁS BARATA DE LAS RELIGIONES, HUM, Montevideo, 2009. También el libro de crónicas INOCHI WA TAKARA (LA VIDA ES UN TESORO). QUINTEROS JAPONESES EN FLORENCIO VARELA, Córdoba, Postales Japonesas, 2010. Y el libro de relatos CIERTAS CHICAS, Buenos Aires, Conejos, 2011.
En 2012, Zoe Editions, de Suiza, publicará la edición en francés de VENENO.
Nació en el Gran Buenos Aires, en 1967.

martes, 25 de octubre de 2011

Eric Schierloh



Pasado

Tu primer texto Raro & solo.
Género Poesía
Año 2001
Procedimiento creativo/Contexto
Estaba viviendo solo en un altillo del quincho de la casa de mis padres, el paso previo a irme a vivir con mi novia y tener hijos. Así que escribía cuando quería y hacía todo lo demás a deshora. Me acuerdo que muchas cosas las escribí viendo la tv en mute, con música grunge de fondo.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
No produjo ningún conflicto familiar (creo). Lo publiqué en dos o tres bibliotecas virtuales y tuvo algunos lectores muy generosos que me escribían unos emails maravillosos.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Lo reescribí un poco cuando por fin surgió la posibilidad de publicarlo. Ahora forma parte de un libro gigante que se llama El Mamut, que reúne mis primeros 6 libros de poemas y que el año próximo editará Bajo la luna. Lleva un prólogo bastante confesional que se llama “Lost in Tokio”, lo que creo que habla bastante a las claras de cómo me siento con respecto a ese libro.
Fragmento:
En el cablerío del tiempo/ ni Dios se encuentra.


Presente

Género Novelas, poesía y traducciones.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto
Pienso que tal vez antes miraba mucho a través de la ventana, y que ahora más bien cierro las persianas. Pero en lo esencial, al menos en estos diez años que llevo escribiendo, no se ha modificado en nada. Tengo la misma falta de ambición del principio, lo que me permite terminar casi todo lo que me propongo hacer.
Cuál es tu punto de partida
Un libro de otro escritor, o un poema, o una imagen que primero pienso como un poema. Siempre empieza en la literatura. Toda mi última novela apocalíptica nació de un poema que había escrito algún tiempo atrás y que llevaba el mismo título que la novela: Donde termina el desierto.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino? No tengo mucho contacto con mis lectores. Y mis amigos no me abandonan porque escribir es tan sólo una de las formas que tengo para defraudarlos.
Qué sabés de tu propia literaturaSé que no pienso en vivir de la literatura sino con la literatura. Y supongo que eso debe notarse en mis libros.
Qué perdiste/Qué ganaste
Perdí un montón de cosas que no me servían y también creo haber perdido algún que otro prejuicio. Gané muchos amigos, un editor en quien puedo confiar, y también creo que escribiendo gané toda la libertad para seguir escribiendo como mejor me parezca.
Fragmento
El poema del que hablé antes, que ahora está al final de la novela: Porque así como los hombres/ una vez heredaron la tierra/ así también algún día/ habrán de dejarla./ Mientras tanto, la vida continuará./ Y cuando ese día llegue no habrá lágrimas sino silencio./ Un silencio que la tierra abrazará como a un hijo perdido./ Un silencio que estremecerá cada partícula de su alma./ Y la tierra y el silencio volverán a ser uno./ Auténtico silencio./ Silencio.


Futuro

Proyectos
Pienso seguir trabajando con todo lo que todavía no se ha traducido de la obra de Herman Melville (que es mucho, más de 10 volúmenes); otro tanto haré con Henry Thoreau. En cuanto a mis novelas, pienso que cada vez van a ser más cortas y directas; al menos hasta que se me ocurra la forma de mantenerme alerta durante unas setecientas o mil páginas. En cuanto a la poesía, espero poder seguir escribiendo un libro por año.
Cómo te gustaría ser reseñado/a
Siempre que las haga un lector inteligente y que no sea con malicia, me da lo mismo si la reseña es buena o mala. Las reseñas malas hacen que una mañana de rutina dominical se llene de energía; una buena, de alegría. No hay mucha diferencia: todo es aprovechable.
Quién te leerá
No lo sé, pero me gustaría que a medida que salgan lectores lleguen otros nuevos. Qué podemos esperar de vos
Al menos lo único que yo espero de mí mismo es seguir escribiendo.
Cómo te gustaría que te recuerden
En los libros; me gustaría que al menos un escritor del futuro me recuerde en al menos uno de sus libros. Ser un fantasma en un libro del futuro no estaría nada mal, ¿no?
Tu última frase
La última frase que escribí en La memoria de los peces, la novela en la que trabajo ahora, es esta: La Obligación es la madre de la Deformidad.


Eric Schierloh (Buenos Aires, 1981) publicó las novelas Formas de humo (Beatriz Viterbo, 2006), Kilgore o Todo vuelve a su cauce más pronto o más tarde (Bajo la luna, 2010) y Donde termina el desierto (Bajo la luna, 2011). Es autor además de las novelas Maguey o El cuaderno tapatío y La memoria de los peces, de los libros de poemas El Mamut (que Bajo la luna publicará en 2012), El Hombre-Montaña, La Matanza del Ternero Cebado & la Insurrección de los Lúcidos en la Región del Maíz y Mattawamkeag y de la primera traducción al español de la poesía de Herman Melville: Lejos de tierra & otros poemas (Bajo la luna, 2008), y de uno de sus diarios de viaje: Diario a bordo del Meteor & otros textos (1860). Actualmente prepara La canción del viajero. Poesía completa de Henry David Thoreau con una beca del Fondo Nacional de las Artes.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Horacio Fiebelkorn




Pasado
Tu primer texto
Género
: poesía.
Año: 1970.
Fue una especie de canción rockera, medio de protesta. A finales de la escuela primaria, y bajo el influjo de los sonidos de esa época. No había biblioteca en mi casa, toda influencia venía de afuera.

¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Nadie llegó a leerla y mucho menos a cantarla. Ni siquiera hizo falta que la queme, simplemente desapareció.
Fragmento:
Imposible citar algún fragmento.


Presente
Género:
Mi género sigue siendo la poesía, aunque a fines de los 70 y principios de los 80 me había dado por escribir cuentos. Me llegaron a publicar un par, en el suple cultural del diario El Día de La Plata, y en la revista Super Humor. Y hasta me los pagaron, cosa increíble hoy en día. Pero se impuso otro tipo de destilación en mi escritura, a partir de lecturas que fueron para mí muy reveladoras, y de comprobar que luego de cada intento de relato fallido, goteaba otra cosa. “Bueno, parece que serás poeta”, me dije.
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Se modificó todo, al cabo de un proceso caótico, y que lo entiendo como un aprendizaje continuo. Soy mucho menos esquemático y rígido hoy que a mis 20, y más receptivo frente a cualquier estímulo. Sigo mi instinto, no me guío por teoría alguna, y no “milito”, digamos, en ninguna corriente específica. Así y todo, sostengo algunos criterios de trabajo sobre el texto. Voy vengo mil veces, lo dejo descansar, vuelvo, y todo así. Me dejo orientar por la energía que por sí mismo empieza a generar un texto, en ese punto es el propio poema el que me va diciendo por dónde seguir.
Cuál suele ser el punto de partida.
Por lo general es una imagen, de cualquier procedencia. Puede venir del “mundo real” o del inconsciente profundo, en clave de Jung, no de Freud. O sea, puede carecer de toda lógica, pero la imagen se impone y propone caminos que hay que ir tanteando. A veces el poema baja solito, como por un batitubo. Otras, propone un trabajo de construcción verso por verso, palabra por palabra.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Mis lectores son lectores casuales, igual que yo. De golpe se cruzan conmigo, hay como un flechazo, digamos, y a partir de ahí me siguen y no me sueltan. Ojo, son un puñadito, nomás. Pero me gusta esa cosa casual. Como lector casual que soy, me hice seguidor de unos cuantos, y tampoco los solté. Hablo de poetas y de narradores, sin distinción.
Qué sabés de tu propia literatura.
Que construye un puente entre lo visible y lo invisible, entre las cosas y la segunda realidad, digamos. Tengo un diálogo continuo con el mundo de los sueños, lo que llevó a algunos, en cierto momento, a tildarme de “neo surrealista” o algo así, pese a que no practico la escritura automática o esas cosas. Creo que soy un autor más bien silvestre, con una genealogía medio rara. Lo mío no sirve para ilustrar teoría alguna. Pero me gusta que sea así. Prefiero estimular cualquier otra cosa.
Qué perdiste/Qué ganaste.
Gané amigos entrañables. Amores también, claro que sí. Y algo de sabiduría. Sólo perdí tiempo pero no lo lamento.
Tu obra en relación a la poesía actual/De qué autores te sientes cómplice.
Tengo afinidad con autores de edades muy diversas, como pueden serlo Arnaldo Calveyra, Martín Rodríguez, Juana Bignozzi, Horacio Castillo (a quien extraño una enormidad luego de su partida), Mario Arteca, Laura Wittner, Anahí Mallol, Rodolfo Edwards, Juan Desiderio, Fabián Casas, Alejandro Rubio, Sebastián Morfes y Carlos Eguía, por mencionar sólo argentinos, entre otros tantos. Y hay toda una promoción que anda por los 30 y sub 30, que está produciendo una obra intensa y valiosa. Hay que seguirlos con atención.
Fragmento:

Un pájaro pega en el palo.
En las avenidas, bajo los árboles,
en los caminos de cintura,
quieren saber qué pasa con el cruce
de un pájaro y un palo,
qué fue del pájaro después del palo,
qué quedó del vuelo, dónde
cayó lo que volaba, qué marca en el palo
dejó aquello que venía y sacudió el aire,
quién puso ahí ese palo, cómo fue,
de dónde vino lo que se estrelló.
Nadie vio nada, nunca se sabe
qué música suena
en el cuerpo de un pájaro
que pega en el palo.



Futuro
Proyectos.
Trato de ordenar mis materiales hasta tener un libro entre manos, lo que no me resulta fácil. Es todo muy caótico, porque todo el tiempo escribo cosas sueltas, y no quiero hacer libros con poemas sueltos. Ya pasé por eso y no quiero que se repita. Tengo mis tiempos, tardo mucho en definir esas cosas.
Cómo te gustaría ser reseñado.
Positivamente, por supuesto.
Quién te leerá.
No tengo la menor idea.
Qué podemos esperar de vos.
Que mis poemas sean una buena y estimulante compañía.
Cómo te gustaría que te recuerden.
No sé.
Tu última frase será:
“Nos vemos allá”.




Horacio Fiebelkorn, La Plata/1958. Vive en Buenos Aires. Fue coeditor del tabloide de poesía “La novia de Tyson” a fines de los 90.
Publicó Caballo en la catedral (1999), Zona muerta (2004), Elegías (2008) y Tolosa (2010). Condujo los programas radiales “El cazador americano” y “La hora de los magos”, por radio Universidad de La Plata.
Fue colaborador de la revista Humor Registrado en los años 80. Textos suyos aparecieron en publicaciones de Brasil, Uruguay y México.
Administró y abandonó el blog clubsilencio49.blogspot.com.
Actualmente gestiona el blog Patos trastornados (diariodellunes.blogspot.com)

Imagen Diane Arbus

martes, 31 de agosto de 2010

Esther Cross



Pasado
Tu primer texto
Género: poesía
Año: 1986 o 1987
Procedimiento creativo/Contexto:
Iba al taller de poesía de Grillo della Paolera y un amigo, Esteban Charpentier, mandó una poesía mía a un diario de Mendoza y la publicaron.
¿Tuvo lectores?/¿Críticas favorables?/¿Produjo conflictos familiares?
No me acuerdo, así que seguramente no.
¿Se ha puesto viejo?/¿Lo has vuelto a corregir?/¿Lo quemaste?
Se perdió con el tiempo.
¿Abandonaste la poesía?/¿Se ha filtrado en tu prosa?
Abandoné la poesía pero sí, seguro que se filtró en la prosa, como todo, porque en la prosa se filtra todo. Si una lee poesía, no escribe igual que si no la hubiera leído, desde ya.
Fragmento:
Estuve pulseando con la memoria y le gané, por eso no hay fragmento.


Presente

Género: Cuentos. Novela
Qué se ha modificado en tu modo de abordar un texto.
Todo.
Cuál es el punto de partida.
El punto de partida depende del texto. La mayoría de las veces es una imagen. Esa imagen contiene toda una historia y escribir es buscar esa historia. Leibniz dijo que "el presente está grávido del porvenir" y, parafraseándolo, podría decir que se trata de una imagen que está grávida de una historia. Pero a veces es una idea. Y muchas veces es una oración. Un poco de todo. Hay algo que no cambia: por más disparadores que tenga, lo importante es descubrir cómo se cuenta esa historia específicamente. Una vez que sé eso, sé bien cuál es la historia. A veces lleva tiempo.
¿La dirección es previa o la encuentras en el proceso de escribir?Trato de tener una dirección -el mismo principio la señala- pero no mucho más que eso. Nunca pude tener en la cabeza, completo, lo que voy a escribir. Tengo que ir viendo. Siempre voy viendo.
¿Tus lectores son fieles o te abandonan en el camino?
Ni idea. Al pensarlo, por la pregunta, no me imagino un grupo, para nada. Pienso que los libros caen, casi al azar, en las manos de una persona o de otra.
Qué sabés de tu propia literatura.
Sé todo lo que quiero hacer y me doy cuenta de las diferencias que hay entre eso y lo que sale.
Qué perdiste/Qué ganaste.
Gané momentos de los mejores –escribiendo. Perdí tiempo, seguramente.
Fragmento: Un párrafo de un cuento que se llama “La peor suerte”

“Seguí a mi madre hasta el mostrador de la entrada. Una enfermera vestida de rosa nos dijo que Nieves estaba en el segundo piso. A la enfermera le faltaba un diente pero ninguna enfermera está obligada a tener una dentadura completa. Subimos por la escalera porque el ascensor no venía. Se oían las ruedas de una camilla. En la puerta decía “prohibida las visitas”. Entramos en la habitación y vimos tres camas. En una, había una señora que miraba el techo. En la otra, había una mujer que roncaba. La momia de la cama del medio era Nieves.”


Futuro

Proyectos: Terminar con la serie de cuentos, que seguramente va a llamarse “Los que volvieron”. También empezar con una novela que vengo pensando hace un tiempo.
Cómo te gustaría ser reseñada:
Me gustaría tener siempre la suerte de que me reseñen lectores inteligentes.
Tu obra en relación a la narrativa actual/De qué autores te sientes cómplice.
Me cuesta situarme en relación a la narrativa actual, sobre todo porque no tengo muy claro cómo es la narrativa actual. Leo a algunos escritores, muy distintos entre sí, que me interesan y me gustan. Algunos, además, son amigos. No nos hicimos amigos de casualidad. La afinidad tiene que ver con la escritura, con el lugar que escribir ocupa en nuestra vida. En ese sentido son cómplices, porque son los escritores a los que, como Angie Pradelli, les paso lo que escribo.
Quién te leerá: ni idea.
Qué podemos esperar de vos: cuentos.
Cómo te gustaría que te recuerden: como en una foto en la que haya salido bien.
Tu última frase : ya voy.


Esther Cross/ Buenos Aires, 1961. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Es Licenciada en Psicología por la Universidad Católica de Buenos Aires. Publicó las novelas Crónica de alados, y Aprendice, El banquete de la araña y Radiana, y los libros de cuentos La divina proporción y Kavanagh. Recibió el premio de novela de la Fundación Fortabat y las becas Fulbright-Fondo Nacional de las Artes y Civitella Ranieri. En 2009, obtuvo el Premio Internacional de Novela de la Universidad Autónoma de México y la editorial Siglo XXI por La señorita Porcel.